Todo tiene un final

MASTERS DE SHANGAI

Federer cayó (4-6, 7-6 y 7-5) ante el británico Andy Murray y no logró meterse en las semifinales por primera vez desde que juega el torneo. "Para ser honesto, estoy contento por no tener que jugar mañana", dijo Roger tras la derrota. ¿El fin de una era?
DESPEDIDA. El suizo no oculta su tristeza mientras se retira del estadio Qi Zhong. (AP)


Uno de los más brillantes de la historia del tenis dejó definitivamente el lado de los imbatibles para pasar al de los "humanos". El genial Roger Federer, hasta hace tan poco dueño indiscutido del ranking, se quedó afuera de las semifinales del Masters por primera vez desde que juega el torneo, en 2002. Y confirmó la tendencia descendente en un año en el que resignó además el número 1 del mundo a manos de Rafael Nadal.

Como corresponde a un grande, Federer dio todo hasta el final para poder ganarse la clasificación ante el escocés Andy Murray, número 4 del mundo que ya había conseguido el pase a semis. Pero sufrió problemas físicos durante el partido que le impidieron estar en su mejor nivel.

Arrancó mejor Federer, que ganó el primer set 6-4 y parecía que se encaminaba nuevamente para el lado de las alegrías. En el segundo parcial, Murray consiguió una clara ventaja y quedó 5-2 arriba con su servicio. Ahí apareció otra vez el gigante suizo, que ganó cuatro games consecutivos. El escocés demostró entonces que también puede estar a la altura de los mejores: conservó su saque y en el tie-break se impuso por 7-3.

También hubo una dura lucha en el tercer y definitivo set, en el que Federer siempre estuvo cuesta arriba. Pudo sobrevivir a siete match points en contra cuando sacó 4-5, pero en el 5-6 finalmente cedió y Murray pudo festejar. Del otro lado, había caído un grande.